El caso que involucra a una docente piquense acusada de maltrato psicológico hacia una alumna, se encamina hacia su resolución judicial, generando un fuerte debate en el ámbito educativo y social. Jerónimo Altamirano, abogado defensor de la docente, dialogó con InfoPico Radio 99.9 y brindó su visión del proceso judicial que se encuentra a horas de conocerse el fallo.
“El hecho comienza a fines de 2023 con una denuncia que efectúa el padre de la joven alumna”, explicó Altamirano. Desde entonces, se sucedieron diversas medidas probatorias, como declaraciones en Cámara Gesell y testimonios de compañeras y testigos indirectos. “Nosotros entendemos que no hay coincidencia entre lo que la joven manifestó en su declaración y el resto de los testigos”, indicó el abogado.
La acusación, impulsada por la Fiscalía, sostiene que hubo un “hecho doloso” por parte de la docente al referirse a temas sensibles para la alumna, de religión judía, durante una clase sobre derechos humanos. En ese contexto, se abordó el conflicto en Gaza, el Holocausto y temas como el genocidio. Sin embargo, Altamirano rechazó de plano esta calificación jurídica: “Desde el primer momento sostenemos que no hubo intención, no hubo voluntad, no hubo dolo. Ni siquiera considero que haya habido un dolo eventual”.
Según relató el defensor, la docente no introdujo el tema de forma arbitraria: “Una de las compañeras preguntó si el conflicto actual podía analizarse en el marco de lo que estaban viendo, y la profesora dio las dos versiones del conflicto entre Israel y Palestina, de forma potencial y científicamente fundamentada, como lo hace la ONU”.
Asimismo, Altamirano planteó la existencia de un conflicto previo entre el padre denunciante y la docente, derivado de una clase de Educación Sexual Integral (ESI), en la que la hija mayor del denunciante se negó a ver un video recomendado por el Ministerio de Educación. “El padre dijo en el juicio: ‘Yo frente al próximo conflicto con esta profesora, voy a denunciar’”, recordó el abogado.
Desde la defensa aseguran que la docente no tuvo una actitud ofensiva hacia la alumna, sino todo lo contrario: “Ella se mostró preocupada, incluso le preguntó si le molestaban contenidos como la lista de Schindler o la película Jojo Rabbit. La joven respondió que no. La relación entre ambas era buena”, dijo Altamirano.
Respecto a la dimensión que ha tomado el caso en el ámbito educativo, el abogado fue contundente: “Entiendo que es un precedente peligroso, muy peligroso. Se está judicializando una opinión, una forma de ejercer la docencia. Todos los docentes que declararon dijeron que dan su opinión personal en clase. Es parte del debate, de fomentar el pensamiento crítico”.
Consultado sobre si hubo algún gesto de autocrítica por parte de la docente, Altamirano explicó: “Ella entiende que no hizo nada inapropiado. Estaba enseñando, como corresponde. Intentó explicarle su posición al padre, pero él no quiso dialogar”.
En cuanto al acompañamiento institucional, el abogado mencionó que en primera instancia la docente recurrió al gremio docente, pero luego acudió a él cuando el conflicto se trasladó del plano administrativo al judicial.
La acusación concreta que enfrenta la profesora es la de “maltrato psicológico”. Sin embargo, Altamirano puso en duda la gravedad del hecho: “¿Por una sola opinión? ¿Por un solo hecho? No creemos que haya elementos que prueben que se produjo un daño psicológico real”.
El fallo será dado a conocer mañana miércoles al mediodía por el juez Maximiliano Boga Doyhenard. La expectativa de la defensa es clara: “La absolución, como lo pedimos. Estamos convencidos de que esta situación no alcanza el grado de certeza que se requiere para una sentencia condenatoria”, concluyó Altamirano.
El caso, más allá de su resolución, abre un fuerte debate en torno a los límites del derecho a enseñar, la libertad de cátedra y el rol del Estado en la protección tanto de estudiantes como de docentes. Una resolución que marcará, sin dudas, un antes y un después en las aulas pampeanas.