Daiana Antón, profesora de danzas y responsable del grupo de bastoneras, compartió detalles sobre la vida de las bastoneras, su evolución y la importancia de esta disciplina en la comunidad de General Pico.
El mundo de las Bastoneras: tradición y evolución
Daiana Antón explicó que, aunque la tradición de las bastoneras tiene raíces en las marchas militares, esta disciplina ha evolucionado significativamente. “Las bastoneras siempre están presentes”, afirmó, señalando que su actividad no se limita a los desfiles, sino que se ha adaptado para participar en otros eventos como un cuerpo coreográfico.
La esencia de las bastoneras radica en su habilidad con el bastón y la coordinación de movimientos en desfiles. “Lo que más sobresale es la destreza de bastón, la formación; lo que impacta en el desfile es su formación, cómo van, los movimientos que hacen”, describió Daiana, destacando cómo el público queda cautivado por esta disciplina. Con el tiempo, el grupo ha integrado elementos de danza para darle un toque moderno a sus presentaciones.
Un grupo independiente que crece desde la infancia
Antón lleva 14 años al frente del grupo de bastoneras, un colectivo independiente que practica en un salón de la ciudad. Según nos contó, la edad de sus integrantes varía desde los más pequeños, que pueden iniciar a los tres años, hasta adolescentes y adultos que han crecido con la disciplina. “Tengo el grupo más adolescente, casi adulto, que son nenas que por ahí arrancaron desde los 3, 4 años. Tengo alumnas desde que arranqué”, detalló.
A lo largo de los años, el grupo ha incluido también a varones, aunque en su mayoría sigue siendo compuesto por niñas y adolescentes. El interés por formar parte de las bastoneras surge tanto desde el entorno familiar como de personas que descubren la disciplina en presentaciones públicas, como los carnavales. “Es algo que te lleva, sí o sí”, afirmó Antón, destacando cómo la gente se siente atraída por la elegancia y el movimiento de las bastoneras.
La práctica y el compromiso detrás del espectáculo
Para ser bastonera, Daiana enfatiza la importancia de la práctica y el compromiso. Los ensayos se realizan dos veces por semana, y se dividen por grupos de edades para optimizar el aprendizaje. “Primero empezamos manipulando el bastón, que es lo principal. Y después empezamos a corregir el cuerpo, la postura, la marcha”, explicó, describiendo el proceso de enseñanza que combina la técnica con la postura y la coordinación.
El grupo utiliza trajes especialmente diseñados para sus presentaciones, y cada delegación elige su estilo. Daiana, al hablar de la elección del traje del grupo, expresó un profundo simbolismo: “El blanco es la pureza, porque yo digo que cada nena o cada alumna tiene su esencia. Y el dorado significa el sol naciente cada día, porque todos los días es un nuevo desafío para nosotras, es un nuevo aprendizaje”.
Encuentros nacionales: un espacio de crecimiento
Las bastoneras de General Pico también participan en encuentros nacionales, donde se reúnen con delegaciones de distintas provincias. Daiana considera que estas experiencias son enriquecedoras para sus alumnas: “Es muy productivo asistir a los encuentros porque te traes muchos conocimientos. Es una experiencia inolvidable para las alumnas porque pueden conectar con otras chicas”.
Durante estos eventos, cada grupo aporta su propio estilo, con diferencias en el manejo del bastón y la coreografía. “A veces unos hacen más destreza, más trucos, otros hacen más con las manos”, comentó Antón, resaltando la diversidad que se aprecia en estos encuentros y la importancia de compartir conocimientos entre las delegaciones.
Más que una disciplina: una manera de expresarse
La pasión de Daiana por la danza no se limita a las bastoneras. Como profesora de danzas árabes, ha visto crecer su escuela a lo largo de los años. Para ella, la danza es un arte inclusivo, accesible para todos sin importar la edad, el género o el tipo de cuerpo. “Olvidarte de tu cuerpo y solamente sentir la música y disfrutar”, reflexionó sobre el crecimiento de la aceptación social de la danza.
Antón también valoró la diversidad y el compromiso de sus alumnos y alumnas, que se esfuerzan por mejorar cada día. “Nosotros siempre decimos que hay que ser constante para ver los resultados. Todo alumno lleva su proceso, más lento o más rápido, pero que hoy en día lo tomen y lo lleven tanto a la práctica, es muy importante”, comentó, destacando el valor de la disciplina.
Para quienes desean sumarse a las bastoneras o a su escuela de danza, Daiana está disponible de lunes a jueves en el salón de calle 7, entre 34 y 36, de 17 a 22 horas. Además, se la puede contactar a través de sus redes sociales o por teléfono. Daiana asegura que sus puertas están abiertas para todos: “Todas las edades, hombre, mujer, todos los que quieran bailar están abiertas las puertas para que puedan aprender”. El celular de Daiana es: (02302) 15570912.
