En el marco del proyecto “Huerta Escolar”, la escuela n° 111 ha iniciado una iniciativa educativa que busca promover una visión crítica sobre las dinámicas de producción de huertas y fomentar estilos de vida sostenibles entre sus estudiantes. Este proyecto, que está a cargo de la docente Silvana Andreoli, involucra a los alumnos de 3º y 6º grado del turno tarde, y se ha convertido en una experiencia enriquecedora tanto para los niños como para la comunidad educativa.
El proyecto, que comenzó hace unos meses, no solo se enfoca en la enseñanza tradicional en el aula, sino que ha dado un paso más al establecer un espacio físico en el patio de la escuela dedicado a la huerta. Allí, los estudiantes trabajan activamente preparando la tierra y sembrando una variedad de verduras, gracias a una donación del Centro Regional de Educación Tecnológica (Ceret). Esta práctica tiene como objetivo enseñarles a los niños sobre la producción de alimentos, a la vez que los introduce en conceptos como la autosuficiencia y el consumo responsable.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es que todo lo que se cosecha se destina al consumo familiar de los estudiantes. De este modo, el aprendizaje trasciende el espacio escolar y llega a los hogares, fomentando el involucramiento de las familias en la adopción de hábitos alimenticios saludables y sostenibles.
Silvana Andreoli, docente encargada del proyecto, ha subrayado la importancia de este tipo de actividades que se desarrollan fuera del aula, ya que considera que son fundamentales para el crecimiento integral de los alumnos. “Estas iniciativas son claves para desarrollar en los niños no solo conocimientos sobre el cultivo y la producción de alimentos, sino también para inculcarles hábitos saludables y una mayor conciencia ambiental”, destacó.
El proyecto Huerta Escolar se enmarca en una tendencia cada vez más popular en las instituciones educativas, donde se busca que los estudiantes no solo adquieran conocimientos teóricos, sino que también vivan experiencias prácticas que les permitan tener una visión más completa del mundo. La relación entre el colegio y la comunidad educativa se fortalece a través de estas iniciativas, generando un sentido de pertenencia y responsabilidad en los alumnos.
Con el apoyo de la comunidad y la dirección de la escuela, el proyecto sigue creciendo y promete ser una herramienta valiosa para educar a las próximas generaciones sobre la importancia de un estilo de vida sostenible, basado en la producción responsable de alimentos y el cuidado del medio ambiente.
