En el contexto de las políticas penales para menores, hemos tenido la oportunidad de dialogar con Juan Pablo Bonino, Subsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia de La Pampa. La provincia ha expresado su firme oposición a la propuesta del Gobierno Nacional de bajar la edad de imputabilidad a los 13 años.
¿Cuáles son los principales argumentos del Gobierno Nacional para bajar la edad de imputabilidad a los 13 años y qué piensan ustedes al respecto?
—A ver, mira, en principio no conocemos los argumentos. Lo único que hubo, que evidentemente es la manera en que se maneja este Gobierno Nacional, fue un anuncio muy pomposo de bajar la edad de imputabilidad.
Bonino argumenta que la idea de que la delincuencia juvenil ha aumentado y que los delitos cometidos por adolescentes son más graves no está respaldada por datos serios. Según él, delitos menores como hurto o robo no justifican un cambio en la edad de imputabilidad.
—¿Hay estadísticas dentro de la provincia de La Pampa con respecto a hechos delictivos de menores de 16 entre 16 y 18 años?
—Sí, el Poder Judicial cuenta con un registro estadístico. No puedo dar un número exacto ahora, pero estoy seguro de que no supera la media nacional, que es del 3% de la cantidad de delitos cometidos. De hecho, nuestra provincia no tiene ningún menor entre 16 y 18 años privado de la libertad en este momento. Tenemos adolescentes acusados de delitos, pero ninguno privado de la libertad por una disposición judicial.
¿Qué alternativas tienen en mente ustedes desde su Secretaría para reducir la delincuencia juvenil en lugar de bajar la edad de imputabilidad?
—En primer lugar, es importante tener en claro que en todos los países del mundo la política más eficaz para reducir el delito infantil, juvenil y adulto es un desarrollo mucho más equitativo, una sociedad con más posibilidades y condiciones económicas más justas para todos. El desarrollo económico de la sociedad garantiza la baja de la delincuencia en cualquier rango etario. En segundo lugar, llevar adelante actividades preventivas, promocionales y políticas públicas, que lamentablemente hoy se están desmantelando, es esencial. Pretender que un niño de 13 años que comete un delito vaya a la cárcel es una ignorancia absoluta. Estos son chicos en pleno desarrollo y construcción de sus subjetividades. Compararlos con un adulto que comete un delito es una barbaridad desde cualquier punto de vista.
Recomendaciones y Posturas
Juan Pablo Bonino destaca la importancia de las prácticas restaurativas: “Un adolescente que comete un delito debe reconocer y responsabilizarse del delito que cometió, y en segundo lugar, repararlo. Esta es la única manera de trabajar con ese adolescente para que no vuelva a cometer un delito.”
Consenso y Desafíos
Bonino subraya que la postura unánime de los organismos públicos y privados que trabajan con la adolescencia es en contra de la baja de la imputabilidad: “Hace tres días, la Defensoría Nacional de los Derechos del Niño emitió un pronunciamiento, acompañado por defensores provinciales, oponiéndose a la baja de la imputabilidad y exigiendo que se convoque a discutir un nuevo régimen penal juvenil. Desde el año 1980, está vigente un régimen penal juvenil de la época de la dictadura que no respeta los principios convencionales y constitucionales en la materia.”
Finalmente, concluye que la discusión sobre la baja de la imputabilidad podría ser parte de un debate más amplio, pero no debería ser el centro de la discusión: “Hoy hay muchos jóvenes privados de la libertad sin proceso, sin derecho a defensa, sin ser oídos. Necesitamos modificar el régimen penal juvenil, y la baja de la imputabilidad puede ser una discusión dentro de este marco, pero no debe ser la centralidad.”
Este diálogo refleja una postura clara y bien fundamentada de la provincia de La Pampa, que aboga por un enfoque más comprensivo y equitativo en lugar de medidas punitivas que no abordan las raíces del problema.
