La situación actual del país está afectando a la obra pública de la Provincia, respecto a esta problemática, el Presidente de la Cámara de la Construcción de La Pampa, Adrián Pérez Habiaga, detalló los inconvenientes que ralentizan la culminación de obras.
Habiaga indicó que el volumen de actividad es muy bueno, ya que son muchas las obras en ejecución, licitadas, y las anunciadas a licitar, que “aislándola de la economía del país augura un muy buen año y continúan el año que viene” añadió.
Aunque como contra partida a esto aparecen los problemas de la economía nacional. Primero, “enfrentamos el problema de abastecimiento. Todos los elementos importados que se colocan en obras de saneamiento o eléctricas, de infraestructura, no pasan precios o no te venden, te devuelven las órdenes de compra, no tenés plazo de entrega. Cosa que hace muy difícil llevar en buenos términos y en los plazos correspondientes a las obras” comentó.
Esto no solo repercute en las obras en construcción, sino también para las que se deben licitar. Sin un presupuesto es imposible poder llevar adelante la licitación.
Según Habiaga, por ahora no existe la posibilidad de que las obras queden paralizadas, pero si se ha ralentizado el proceso y como consecuencia se han extendido algunos plazos.
Por otra parte, la obra pública atraviesa otro problema, que es la falta de mano de obra inicial y calificada. Habiaga interpreta que esto se debe a la irregularidad de la actividad de construcción. Es decir, que existen épocas, como la actual, donde la obra pública posee una gran actividad y abunda el empleo, pero otras épocas donde esto no es así.
“Para algunos empleados es más seguro, mantener un plan y hacer changas. Si refaccionas una casa particular, contratas el albañil que hace el trabajo y esa persona generalmente trabaja en negro, entonces tienen el plan asegurado, sumado a lo que cobran en negro. Aunque no tengan los beneficios de trabajar en blanco, pero les brinda una mayor seguridad eso, antes que entrar en una empresa, perder el plan y quedar supeditado a los vaivenes de la economía” añadió Habiaga.
Por último, otro de los inconvenientes está relacionado con la gran inflación que atraviesa el país. Teniendo en cuanta que los índices inflacionarios son muy altos, las actualizaciones de contrato nunca llegan a igualar a estos índices. Y una vez que se realizan los pagos, la empresa constructora pierde entre un 15% y 20%, ya que la inflación llega al 30%.
